historia de ayacucho durante la independencia
IHISTORIA DE AYACUCHO DURANTE LA INDEPENDENCIAI
En 1802, según el intendente don Demetrio O´Higgins los indígenas constituían la población más numerosa de Huamanga: en Anco habitaban 2,283 indígenas, en Lucanas, 21,940, en Cangallo 25,187, en Parinacochas 22,073, en Andahuaylas 23,082, en Huanta 30,308 y en Huamanga 21,531, sumando 146,404 indígenas en total. En el proceso independentista participaron de manera dividida. Un sector de la población indígena se identificó con los patriotas, otro con los realistas y el resto -a pesar que hubo intentos de mantenerse al margen- fue afectado por ambos bandos.
Los apoyos fueron de diversa índole. Los indígenas pro-patriotas, aportaron entregando sus animales y productos para la alimentación de las tropas. Arenales al atravesar el camino de Ica a Huamanga, informaba: “los indios, las indias y todos los habitantes venían a ofrecer espontáneamente sus vaquitas, ovejas, papas, queso y cuanto tenían para la mantención de nuestros soldados; y hay que advertir que algunas de estas ofrendas las traían a cuesta desde muy largas distancias, saludando a nuestros soldados con las palabras de patrianos, patriarcas, que sin duda creían sinónimo de patriotas…”.
En 1824, durante el viaje de Simón Bolívar de Huamanga a Apurímac desde el 19 hasta el 28 de setiembre, los pueblos indígenas de Pomacocha, Vilcas Huamán, Carhuanca, Cachi, Huancaray, Andahuaylas y Abancay en su ida, abastecieron con todo tipo de alimentos y a su retorno, entre el 1 y el 14 octubre, los indígenas del pueblo de Huancarama, Huancaracay, Sañayca, Chincheros, Ocros, Matará y Tambillo otorgaron su apoyo.Asimismo, desde el 5 hasta el 10 de diciembre de 1824, los indígenas de Huaychao, Acocro, Quinua y Acosvinchos abastecieron con todos los granos que necesitaban los soldados patriotas. Sobre el aporte de los habitantes de Quinua, Sucre enfatizaba con las siguientes palabras: “pero sobre todo… conservo una tierna gratitud por las buena gentes del Pueblo de Quinoa que nos dieron todo, todo, todo cuanto tenían, para auxiliar al ejército”. Incluso, en la última fase de la lucha, un sector de la población femenina de Huanta se sumó a la causa patriota.
Los indígenas pro-realistas además de sus colaboraciones económicas también se involucraron en los campos de batalla. El 2 de diciembre de 1821, los indígenas de Huanta bajo la dirección del general Ricafort combatieron a los rebeldes morochucos y quedaron 40 huantinos muertos. Del mismo modo, al finalizar la Batalla de Ayacucho los indígenas de Huanta y Huamanga encabezados por los curas robaron los equipajes de los soldados patriotas y mataron a los enfermos.
En plena etapa de la lucha, Huamanga quedaba dividida. Huanta, la provincia más realista, desde el 22 de febrero de 1821 fue denominada “la fiel e invencible ciudad”, y Cangallo, el pueblo patriota, desde el 22 de marzo de 1822 se denominó “Ciudad heroica”.
Tras el triunfo de los patriotas y el inicio de la vida republicana, las poblaciones indígenas que se “empeñaron a cooperar a las maniobras del Ejército Libertador,… han sido premiadas” y recompensadas, mientras las poblaciones pro-realistas sufrieron las mayores imposiciones económicas. En el norte de Ayacucho, los pueblos de Huaychao, Quinua y Acosvinchos por pedido de Sucre tenían que ser recompensados por las autoridades republicanas. En la zona central, Cangallo quedaba exento de las contribuciones y en la parte oriental, en la provincia de Tayacaja los 66 contribuyentes del pueblo de Arma, los 54 contribuyentes del pueblo de Tambo de Caja, los 57 contribuyentes del pueblo de Ñawinpuquio de la doctrina de Pampas, al igual que los indígenas de Salcabamba, Surcubamba, Tintay y Huachocolpa “quedaban agraciados hasta 10 años por el supremo Consejo de Gobierno por el incendio padecido por el ejército español”. Mientras, que los habitantes de la provincia de Huanta y los pueblos de las partes altas de la misma provincia fueron sancionados con 50 mil pesos.
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